martes, 15 de febrero de 2011

El amor a un amigo

Hola Señor
le doy mi palabra
que todavía mucho vale,
pues no he pecado
ni contra mi hermano
ni contra mis padres,
más bien he dado mi vida por ellos
he recibido mi alegría por ellos.
Por eso digo que soy de confiar,
soy joven aún
mis ojos muy lejos están del ataud,
pues mi corazón es sano
y mi cuerpo herguido en las mañanas se levanta
como mi boca que besa come y canta
y yo, tranquilo en mis sueños sueño.
Hola Señor
le doy mi palabra
o es decir mejor mi alma,
pues solo así seremos amigos,
solo así marcharemos en calma
y seremos del mundo su hombligo,
pues no nos importaran
ni las mujeres de esas cobardes,
pues no nos importaran
ni las locas, las histericas y sus madres,
solo será usted y yo,
amigos abrazados desde el alma.

No hay comentarios: