La noche navega por entre las ventanas
buscando que la abraze
y me abandone a su silencio,
lleva puesto un vestido transparente
y me muestra sus senos en flor
y sus muslos sosteniendo delicadamente
su vientre de estrellas.
El mar toca en pro de ella
una serenata fúnebre
buscando que me asome llorando
por entre los postigos de mi alma
para que la noche me encuentre fragil,
pobre de sentimientos.
Pero no puedo salir,
no me permito correr riesgo
de quedar enamorado
por ese vientre de estrellas
que me invita
a introducirme en ella
como si fuese el sol del alba,
no me permito llenarme
de sus senos blancos
que iluminan mis ojos
cuando yo no los veo.
La noche navega por entre las ventanas
buscando que la abraze
y me abandone a su silencio,
pero en mi casa solo hay vacío,
no ha quedado ni mi aroma
pues he salido buscando otra amante.
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