Una noche tormentosa

La noche f uriosa de nube
se mete callada por las cortinas del amor,
besa suave mis cálidos oídos
y bebe rápido mi desesperación,
baja lentamente por el tren de mi sorpresa
para retorcer los dedos de mis pies
causa del temor escurridiso de ser feliz,
se asoma por el balcón de mi esperanza
para verse a sí misma, así como la veo yo.
La noche risueña de milagros
viaja por mis brazos hasta los suaves pétalos
que decoran la llema de mis dedos,
se reproduce en todo mi entorno
dejando el sabor oscuro y romántico
que merece un aguacero de besos,
maneja de forma casi empedernida
mi siempre obstinada calentura
que detona en el momento mas sublime del amor.
La noche cargada de tormentas
no puede comprar su fuerza
con la paz con que llegas a mi placer,
por eso no hay temporal que pueda
llevarse con el viento
lo que sentimos tú y yo.

De ti

De tí queda en mis sábanas
mucho mas que tu sudor,
más que un pávido amor
que desborda por tu ánfora.
De ti queda en mi alfombra
mucho más que tu silueta,
más que tus raras jugarretas
entre ternura y pasión.



De ti queda en mi silencio
la frescura con que miras mi alma
con expléndida calma
y una extraña comprensión,
queda o mas bien dejas
la sensación que me haces falta
cuando no dices adiós.
De ti queda una epopeya
repleta de constelaciones
ya que por ti mis emociones
logran ver las estrellas,
susurra o más bien canta
mi garganta en explosiones
dibujandote siempre por siempre bella.


De ti me queda tu razón
todo cubierto de maíz
y no miento si digo que soy feliz
cuando llego a tu corazón.

Eres tan buena

Eres tan buena cuando callas
que ni el pan se atreve a corromper tu silencio,
las gotas frías del aguacero
deslizan por el aire hasta acariciar el suelo
y mi corazón para de latir
así como paras al mundo con tu sigilo.
Es que eres tan buena cuando callas
que el sol naciente al borde de tus ojos mudos
canta de forma tácita tu belleza
capturando la esencia de tus labios
y el sentir de tu alma,
así también, insistentemente,
la luna de rodillas a la noche
refleja el elixir de mi vida
así como la redención de tu bondad.
Pero eres tan linda cuando hablas
que mis sueños deliran de gracia
al escuchar tu suave e infantil voz,
mis rodillas se raspan contra el duro suelo
pues caigo rendido ante el canto de amor
que se desprende de tu boca,
es que inspiras en mi, no solo una tormenta de emociones
sino también un motivo más
por el cual seguir viviendo.
Eres tan linda cuando hablas
que solo me queda admirarte en mi silencio
para no interrumpir los milagros
que se te ocurren decir.

Valentía

Si fuera la mitad de valiente de lo que soy,
estoy seguro que el alcohol y la bohemia
cazarían mis ojos hartos de esta noche,
me curtirían las manos y degastarían mis piernas,
es que dentro de tanto hastío
y tantas estrellas huérfanas
mi garganta ruega por cobardía hecha a la medida
de un Tekila.
Pero uno no está forjado para acantilados
y mucho menos para precipicios,
por esto las alturas me quedan chicas
si se trata de respirar vida y hombría,
por esto no dejo que los cuervos coman mis ojos
mientras cruzo el desierto a pie,
ni muerto entrego mis entrañas,
ni muerto me arrodillo ante el firmamento cruel
y anónmio.
¡Maldito vicio de ser hombre!
Maldito vicio, bendito seas por la tierra y mi sangre.

Ahora que

¿Y ahora qué?
En mis augurios matinales y desatentos
me hago esta pregunta una y mil veces,
me saco el sudor que dejan mis sueños
y limpio las lágrimas que deja la noche,
porque la noche es nostalgia y mi razón nostalgia
así como mi corazón que se pierde en mis ojos intranquilos.
El viento desliza por el borde de mi puerta
dejando su aliento de soledad,
y yo solo, hoy en esas sábanas traicioneras
repletas de veneno y de somníferos,
solo como el sol deja a la luna
en períodos de luna nueva
y como las hojas caducas dejan a las ramas
en los inmensos otoños.
Dentro de mi inconciencia y mi frío
me pregunto una y mil veces
¿y ahora qué?
Ahora solo queda soñar primaveras
y despreciar las predicciones,
abrazar al amor para evitar los fríos muertos
que deslizan por los bordes de la ventana,
limpiar las sábanas con saliva, sudor y fluidos
y enfrentar a la soledad
para que no nos clave con sus puñales
de tristeza.

Rayo de luna

En las horas mas tristes de la inmensidad
un rayo de luna atreviesa la escalofriante noche
cargada de llantos,
buscando de forma discreta y exitante
un rincón donde florecer sin miedos,
donde deshacer toda angustia
y volar sin vértigo,
porque así como el sol nace
él muere por poder nacer de nuevo
y cambiar los rumbos que ha trillado.

Poema de Otoño

Yo soy como un bosque de aguaceros amarillos y sólidos
de árboles con grandes raíces y cortezas duras,
que deja su canto en el susurro del viento
y no sangra agua bendita, mucho menos alma,
sino que es savia roja y espesa que brota por mis heridas
sencillas que no tienen de que quejarse.
Soy como un bosque de tierra fría y húmeda,
una mezcla entre el sol y la soledad
con tiempos donde el sol brilla en su edad
como el amor brilla
y florece de a poco, con los primeros calores de invierno,
con las primeras lunas del alba.
Soy como un bosque grande y sin espejismos,
más bien soy de un espejo enorme llamado firmamento
o una paz inmensa llamada calma
perturbada por los fugaces ziclones y tormentas y tornados,
donde la lluvia acaricia las hojas de mi piel
y desnuda mi corazón de a poco.
Yo soy como un bosque otoñal
o como un poema de Otoño
pues ambos no tienen miedo de desnudarse
ante los fríos ojos de la oscuridad.

El hombre parte I

En sus oscuras horas de soledad
viajando por nubes de incertidumbre,
el hombre sueña con ver las estrellas perdidas
y sentir la brisa clandestina correr por su libertad,
pues no hay más abrigo que la piel
ni mas resistencia que su verdad (mi verdad)
y no hay más miedo que el que se tiene
cuando uno no puede hacer más que amar.

Los harapos de su mente que se mantiene resistente
son la única fé, que en horas de temporal
logra sobrevivir sin ser infiel a su imaginación.
En catástrofes donde no hay dios
y uno parece por momentos, ser Cristo,
no hay mejor consuelo que la nostalgia
por un mundo mejor.

Los gritos tristes de los angelitos torturados
navegan por los oídos rotos pero no sordos
del hombre fuerte,
pidiendo de forma fúnebre
un segundo de paz.
Pero las fieras son frías y no lloran
al ver arder los ojos tibios de una madre de la luz,
más bien danzan en torno al oscuro momento
en que no hay amor.

El hombre resiste en su eternidad
con los ojos volados a los sueños,
pues en su abismo de dolor
ser noble le ha costado la libertad.

Poema de amor de trasnoche

A estas horas de la noche
o de la madrugada,
los indecisos aromas de tu piel
pasean titubeando por mis pulmones nostálgicos
que toman, débiles, los aires nocturnos pues te encuentras lejos,
fuera del predio que ilumina mi luna,
fuera del espacio donde llegan mis ojos.
Pero mi alma puede verte
y veo
tus ojos oscuros y húmedos que contemplan mis sueños,
tu boca triste que extraña mi sudor
y tu corazón frágil que extrañan hoy a mis labios fríos,
también puedo ver como te resistes
a la cruel idea de dormir sin mi otra madrugada más.
Las luces de tu empedernida alegría
sujetan hoy mis ánimos jóvenes,
mis ganas de volver a probarte de pies a cabeza,
de labios a alma,
de tus ojos a mi,
pues provocas en mi una explosión fugaz de mi pasado
y una rápida incitación a tu futuro
que me estremece hasta el punto más profundo
del mar que me conforma.
Ahora, aviso,
solo se me ocurre mezclarme con la luna
para visitar tu ventana
y depositar en tu balcón
el más preciado valor que tiene el hombre...
... el amor.