viernes, 21 de mayo de 2010

Valentía

Si fuera la mitad de valiente de lo que soy,
estoy seguro que el alcohol y la bohemia
cazarían mis ojos hartos de esta noche,
me curtirían las manos y degastarían mis piernas,
es que dentro de tanto hastío
y tantas estrellas huérfanas
mi garganta ruega por cobardía hecha a la medida
de un Tekila.
Pero uno no está forjado para acantilados
y mucho menos para precipicios,
por esto las alturas me quedan chicas
si se trata de respirar vida y hombría,
por esto no dejo que los cuervos coman mis ojos
mientras cruzo el desierto a pie,
ni muerto entrego mis entrañas,
ni muerto me arrodillo ante el firmamento cruel
y anónmio.
¡Maldito vicio de ser hombre!
Maldito vicio, bendito seas por la tierra y mi sangre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta que hayas regresado a la escritura, al menos aca... Luz en tu camino ^^