Ella era María
tan sencilla como noble,
era tan linda
como común era su nombre,
esperaba que al fin yo pasara,
esperaba y nunca dijo nada.
Ella solía
juntarse con amigos,
ella con frío
me pedía mi abrigo,
esperaba que al fin yo la abrazara,
esperaba y nunca dijo nada.
Los años pasaron
y conocí a muchos de sus novios,
ella los quería
parecía algo obvio,
esperaba que a mi no me gustara,
esperaba y nunca dijo nada.
Ella era María
y yo estaba tan enamorado,
y sin darme cuenta
solo terminé ilusionado,
esperaba que algun día me mirara,
esperaba y nunca dije nada.
Pero es tan incierto
esto que llaman destino,
diganle suerte
o quizás algo divino,
esperabamos que el otro se declarara,
esperabamos y nunca dijimos nada.
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