No hay lugar para los muertos

Yo escribo
para los que dicen
que las flores están marchitas,
que se desmoronan
aún en primavera
y que no viven ni por milagro.
Yo escribo
para los que no ven salir el sol
tan apagado
y lleno de nada
aún en el eterno invierno de los polos.
Yo escribo
para los que roban las gracias
y con caras largas
no respetan el simple
humor de la vida
que tan alegre se brinda.
Yo escribo
para los destructores
de los sueños,
manipuladores de las ideas
idearios de la mediocridad
que no dan fruto en su vida.
Yo escribo
para el que ignora la ignorancia
y se cree dueño de todo
y no conoce
que no todo conoce.
Yo escribo
para el muerto sin funeral,
que muere sabiendo
que todavía tiene sus ojos abiertos
en su juventud palpitante.
Yo escribo
para que el amante
empieze a enamorar la vida
como hoy la enamoro yo.