En uno de mis versos dije que escribo para que los demas vean lo que a mi corazón no le es ageno. Saben que, es verdad, pero hoy le encontre otro motivo al origen de mi escritura, es decir que escribo, para no agarrarme a las piñas con la pared. El calmante al puño que vibra repleto de rabia ante ciertas situaciones, es calmado con el fragil movimiento de la muñeca al escribir, o en este caso de los dedos. El otro calmante, seria pegarle a la pared, uh que bueno desquitarse, digo a la pared porque no quiero lastimar a nadie evidentemente, pero el tema que eso me lastimaria las manos, y no se si seria muy conveniente.
Entonces, ante la rabia, esa que para el tiempo, tiene el poder de hacer cada segundo mas lento, de carburarnos la cabeza hasta casi explotar, de hacer que nos preguntemos un monton de cosas, de querer mandar a casi todo a la mierda, de exponer lo mejor y lo peor de nosotros, de hacernos sentira mal. Entonces, es ahi cuando la pluma salvadora llega a la mano del necesitado y lo hace pensar en angeles y amores no verdaderos, para descargar la rabia con la mas cruda de las palabras, o sustituirla con sueños de querubes sedientos de amor.
Uh, bendita rabia, maldita rabia, hoy no me lastimare contra una pared, ni dejare que llegues hasta el fondo de mi. Hoy forge un escudo, casi impenetrable, no se si alguien podra romperlo y tener el poder de hacerme brillar o hacerme sangrar, hoy me miro a mi mismo, y mintiendome admito que me hize un hombre de acero, y no se quien podra volver a hacer que me vea como un simple ser de carne y hueso. No se tampoc si quiero que llegue esa persona, pero la que tenga la pasiencia y espere a que mi cuerpo vuelva a sangrar, no le miento si le digo que habra encontrado lo mejor, por lo menos de mi, y que no se va a arrepentir.
Mariano Lanza
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