Al borde de un adiós
encontre una flor
que pude ser
más que un rosedal
en plena primavera,
a simple vista una madera
protegia su explendor,
pero en el fondo,
muy adentro
la pequeña guardaba
flujos de amor.
No me permitía
por su coraza poder ver
esperando proteger
de esa forma
su personalidad,
pero la amabilidad
pudo más
y penetró,
sinvergúenza entro
hasta sus petalos de amor.
La pequeña
de a poco se fue rindiendo
cuando me iba conociendo
supo al fin ver,
que al parecer
yo no era más que otra flor
desprotegida pidiendo a gritos,
suplicando a gritos,
un poquito de su amor.
PARA CECI...
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2 comentarios:
Me encantó. Y only yo entiendo tu nick. Vamo Atila.
Gracias...
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