Padre se ha parado el mundo
desde que te has marchado
y nos has dejado sin tu palabra
y sin tus ojos condenados,
dejas este hogar mutilado
con su frío que como una daga
acecha nuestros corazones
con una crueldad vaga.
Padre se ha parado el mundo
y no se de tu vida,
yo sé que en esta noche tú
recuerdas trozos de la mía,
que descansas a las corridas
para venir a este techo
que nos protege de la miseria
y que has construido con tu pecho.
Padre soy ya un hombre
y se que tú lo sabes,
pero tu mano fuerte
y tu sonrisa cabe
para que me sienta niño,
y en esta casa todos saben
que sin ti no hay fuerza,
que todo es un abandono,
que eres de este árbol corteza.
Padre vuelve pronto
pues la lejanía a ambos daña,
espero que te encuentres bien
y llama pues aquí se te extraña.
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