lunes, 11 de mayo de 2009

Al fin comenzó el otoño

Nadie sabe que palpitar le espera,
undido entre las hojas de otoño
aguarda el frio abasallador de las penas,
de las lágrimas de diamante,
de lo obscura nostalgia y sus demonios,
nadie escapa a la idea
de pensar que la soledad es para pocos,
nadie festeja los crueles petalos
que bañan las calles ya vacias por el frio,
todo es un tributo al abandono,
a las pocas ganas,
fijense entre las nubes,
quizás distingan un pedaso de cielo,
buena suerte y que el otoño
no los trague.

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