Yo soy de la vieja escuela
de los machos que no lloran,
los boliches me adoran
y yo en ellos he de jugar,
no hay navaja que me banque
ni matón que me intimide,
y si una dama me lo pide
una milonga le voy a cantar.
Si anda usted mal de amores
dejeme contarle esta epopeya
que este tipo de bellezas
a uno siempre lo suelen cautivar,
mujeres de vida y renovadoras
embaucadoras del corazón
que sin ninguna razón
lo arrebatan, lo ilusionan,
lo arreglan y lo vuelven a romper.
Todavia yo lo siento
ese peculiar pefume
que son el derrumbe
en mis noches de alcohol,
mi corazón entre los dientes
su cuerpo en mis brazos
que rosaban los trazos
de la silueta de esa mujer.
Yo no era mas que un solitario
o un perro de buena perla
pero al momento de conocerla
me volvi un arrastrado,
todo lo que habia renegado
afloro en un momento
y a pesar del intento
no lo he podido superar.
Y el puñal en mi espalda
al parecer se le ha olvidado
ya que a este pobre abandonado
no lo han dejado soñar,
y si para poder llorar
a un hombre le hace falta valentia
puede decirme sin cobardia
"usted hombre es un cagón".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
La verdad que escribis muy bien, y mira que he ledio varios de tus post!
Me gustaria que sigamos en contacto..yo no escribo tan bien como tu pero hago el intento.
Besos!
Luna
Publicar un comentario