Ella me mandó a mudar
la tarde en que no pude olvidarla,
yo era demasiado novato en el amor
y ella del mismo la dueña,
decidió antes de que la puediera olvidar
que lo nuestro pertenecía al pasado,
que era imposible llegar a primavera
y que el frío de ese solitario invierno
era la sentencia de mi ilusión.
Decidió que mi pena
durara por largo rato,
así como un fantasma,
paseaba por las calles
ahogado en tristeza y repleto de dolor,
es dificil evadir la soledad
en tiempos que uno es muy tierno.
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