De vez en cuando
suelo sacar tus mañas
de tu pelo,
fijo mi vista en tus detalles
y en la sombra de tus ojos,
se que de sonrisa viva
se nutre tu alma
y que esa alma,
sabe a lo que juega.
A veces con un reflejo
tan inseguro
me incentibas a conocerte,
a verte,
tan libre como avergonzada,
tan entregada como decidida,
tan afligida como placentera.
No mires de reojo
la sustancia de tu encanto,
no dejes caer las flores
y más si hace frío,
eres linda desde lo que conozco,
y hasta donde no te conozco
también,
por eso,
muchacha de muchas mañas,
acuardate que en el recreo
sin peros ni excusas,
sin mentirme a mí mismo
te busco,
como espero que tú lo hagas.
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