Los ojos del engaño
son filosos como dos puñales,
viajan hasta el fondo del alma
para destrozar las ilusiones de la infacia,
así también sonrien creulmente
con los aguaceros tristes
que se desprenden del lagrimal,
como dos huracanes enardecidos
derriban todo cimiento
que construyeron con sus manos,
rompiendo las barreras del amor.
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