Es tan simple el momento
que te encuentro frente a mí,
tan solo con una sonrisa
y pocas palabras
me haces pensar en el deseo
de tenerte en mis manos
volviendote así
a atenderme sin molestias
y toda disposición,
dejando un perfume a nuevo
en el aire
que con tanto agrado aprecio
y me pemite soñar
sin recriminarme ni un poquito
cada segundo que te pienso
en mis labios, aquí,
gracias por aparecer en mi camino,
espero la bendita mañana
en que te encuentro seguro
y utilizo excusas para hablar
haciendome un poco el tonto
y por otro lado el galán
y tratando de ganarte
a traveés del tiempo, al fin.
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