miércoles, 12 de noviembre de 2008

Un hombre al lado de la senda

Quiere conocer el motivo
por el cual lo abandonó,
pero ya no le sirve apretar los dientes
ahora quiere una explicación.
Ya no le duele su masculinidad
ni tampoco el abandono,
no le duelen los gritos
le duele su corazón roto.

Pide con su alma pelada
otro completo amor
que se junte con el sol
para brillar sin dolor,
porque su romance
no supo ser
más de lo que ella
decía de hacer.
Un romance sin vida
sin color,
tan solo dos entes
que de la mano
aparecen ante la gente,
pero hoy se encuentra
el fulano solo
pidiendo a la vida
una respuesta.

Perdido, confundido
y con lágrimas,
se aleja de lo que debe haber sido
ya quizás un corazón
que a su vida
le brinde una razón,
en el refugio de las palabras
que mentirosas
relataban un amor.
Gritando por la senda
arrancó
queriendo
desprender de su vida
lo que nunca vivió,
tan solo
para encontrarlo de nuevo
y así consagrar
un nuevo amor.

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