miércoles, 26 de noviembre de 2008

Una noche para cambiar

Solvente
sin pensar un segundo
arriba en mi ser,
con sus dedos
finos y fríos
buscando ser
la dueña de mi cuerpo,
helado también
por el aire cortante
del amanecer.
Suspiro sin retorno
que pasa a formar
parte de mi gloria,
el beso sagrado
que consagra
la noche de juegos,
y mientras me vas desvistiendo
yo me convierto de a poco,
me vuelvo uno solo con tu piel
y desnudo las ropas y tu ser
para tenerte completa
sin mas reclamo
que el que esta noche
solo la dejemos ser,
se valla sin prejucios
y se llene de placer
sabiendo que mañana
quizás te vuelva a ver
no entera como esta noche
pero un poco más linda
que en el anterior alba.

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