domingo, 9 de noviembre de 2008

Jardín de rosas

Había un ser pequeño
uno muy malvado
que susurraba al oído
cosas de espanto.
Quería falsear le hermosura
de todas las cosas
pudriendo así
cada flor que conozca.
Se me arrimó un día
me comento sobre el amanecer
me dijo que era rojo como el infierno
y que de belleza ha de carecer.
Me habló sobre las estrellas
y como explotan si se enojan
de que son egoístas
y que al explotar de fuego nos mojan.
Me dijo que no hay peor tortura
que la de amar a una persona
que después del amor no hay nada
y la soledad en todos lados se asoma.
Me dijo que la vida no vale
si uno anda preocupandose por los demás
que yo soy lo que importa
y que nadie vale más.
El diablillo se entretuvo hablando
quizás toda una tarde
rasgando todas mis nubes
y dándome cosas que arden.
Y al final del ocaso
se me ocurrió hacerle una pregunta
¿acaso alguna vez en tu vida pequeño
apreciaste la hermosura?.
Porque yo te digo que lo más hermoso
lo encontré en esta vida
y tan solo con tus cortantes palabras
les diste más alegría,
que a veces se aprecian las cosas
cuando las quieren volver más feas
y sabiendo que las perdemos
las tornamos más bellas,
acompañame en el camino
y te enseñaré un par de cosas
te enseñaré primer el hermoso alba
y todo mi jardín de rosas.

No hay comentarios: