lunes, 7 de junio de 2010

Apabullado me encuentro

Apabullada se encuentra la ciudad
con cánceres que a esta altura
ya no tienen piedad por la edad,
varias voces rotas en el tren
que viajan sin destino
observadas por ojos que no las ven,
las cataratas de los llantos
inundan todas las alcobas
donde el olvido dejó su manto,
la caravana de placeres
que cursaba por las duchas
se olvidó de sus quehaceres.

La misma sentencia del alcohol
la lleva enterita tu perfume
que no se esfuma ni con el sol,
la pasarela de tus alegrías
se quedó sin modelitos
que me besen cada día,
las navegatas de tu corazón
tienen visa de naufragantes
desde que partieron de mi pasión.

El tiempo que me roba tu ausencia
tritura como arena mis huesos
y como ceniza mi decencia
pero mi flaco corazón
más fuerte que sincero
mantiene erguida mi presencia.

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