viernes, 25 de junio de 2010

El crepúsculo

De la caída del sol
se pueden deducir varias cosas,
como ser
que la noche aborda los cielos
y despliega sus alhajas brillantes,
que los mares se tornan
inmensos espacios de universo
y que la luna se lucirá
como no lo hace en el día.
De la salida del sol
se pueden deducir varias cosas,
como ser
que el cielo brillará tanto o más
que los fuegos artificiales en fin de año,
que el mar lucirá hermoso
con sus barcos principiantes
y sus pequeñas olas,
que el sol copará la atención
de todo aventurado,
de todo afortunado de seguir viviendo.
Pero en el momento del crepúsculo
no todo es tan facilmente deducible,
quién sabe quien reina,
si el oculto sol o la fragil luna,
quién sabe que brilla más,
si el rojo reflejo del firmamento
o las tenues alhajas lejanas,
quién sabe en que suspenso está el mar,
si dandole la despedida a los pescadores
o dandole la bienvenida a las galaxias.
Por esto
tu y yo somos como el día y la noche,
facilmente predecibles estando solos,
refregando nuestras virtudes en la cara
de la desamparada vida,
pero juntos somos como el alba o el atardecer,
quién sabe hasta donde luces tú
o luzco yo,
quién sabe hasta donde reinas tú
o hasta donde reino yo,
quién sabe hasta donde vive uno
y muere el otro,
pero nosotros,
así, como el crepúsculo es mas hermoso
que la noche o el día,
nosotros somos mas felices juntos
que cada uno brillando por su lado.

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