martes, 15 de junio de 2010

La noche

A mi
los latidos de la noche
siempre me cautivaron,
el leve silencio de las estrellas
junto al fuerte susurro de la luna,
y siempre pero siempre
supe acomodarme para dormirme
sobre su pecho
para respirar el aroma profundo
de la oscuridad.
Es así
que de a poco me he vuelto un amante
de los atardeceres
y un nostálgico debido a los albas,
preso con eslabones de nubes lilas
dando aullidos como serenatas de amor
y así voy rumbo a las flores
que descansan ante el canto del mar oscuro.
Yo quiero
caminar por las azoteas consteladas
rumbo a la casa
donde me espera la reina de la noche
para poder recostarme sobre su pecho
y sentir su corazón.

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