Como cuesta despedirse
de la tranquilidad de la cama,
enfrentar a todos los dramas
que asoman en el porvenir,
ver tanto pecado sin redimirse
tanta locura que enferma mata
y ningun emisario acata
lo que no se puede decir,
como cuesta levantarse
tambaleando en media noche
sabiendo que ningun broche
la da cierre a esta tempestad,
¿quién habrá de animarse
a correr frío por los vientos
que no vienen contentos
sino llenos de maldad?.
En mi que fuerzas sobran
hay algo que me entorpece
y por dentro me estremece
querer y no poder,
sé que la codicia cobra
y mi bien oculta burguesía
no me deja ver el día
en que la pueda romper,
hay quienes mueren lento
y se pasan midendo el morir,
hay quiens solo por ver vivir
no se preguntan ni los riesgos,
¿quién dara fin al cuento
que no tiene final feliz
y llegará a su matriz
sin dejar a lado su sesgo?.
Habrá que replantearse
cuánto de razón nos queda
y si podemos en esta reuda
hacer otra cosa que no sea odiar,
habrá que manifestarse
como sea necesario
yo elijo seguir a los emisarios
que murieron por amar.
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