Cualquiera es la situación,
es un momento especial
si derramo el vaso en la mesa,
compro servilletas para secar
y no secan,
me doy cuenta que el comprar no resuelve nada
que a veces es momento de actuar,
asi que lo llevo bajo el sol
a que se seque con el tiempo,
pero a veces ni el tiempo lo seca,
y uno piensa mucho en eso,
de que no seca y en que forma secarlo,
pensamos un monton de métodos insuficientes,
pensamos uno, dos, tres y no seca.
A veces esperamos que otros lo sequen por nosotros
pero estos nunca llegan,
y el agua sigue tendida
y constante, no se absorve ni se evapora,
queda como una mancha frívola
pero tramposa,
que nos juega malas pasadas,
nos da lágrimas e ironías,
nos da rabia y ganas de reventar el agua,
pero claro, como uno va a destrozar el agua
tan bella como es y tan invencible.
Sigue el tiempo y no hayo una solución,
hasta que
encuentro otro vaso lleno,
no se si por tirar
o por tomar,
o quizás solo apreciar.
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