Cuando la soberbia te aplasta,
cuando te dule el orgullo,
cuando tu reflejo ya no te es suficiente,
ven y toma mi mano.
Ya te sobran las palabras,
y nadie te escucha,
no te crees lo que te creías
así que ven y toma mi mano.
No sabes esquivar balas,
estás a punto de olvidar tus raíces,
estás a punto de llorar,
entonces ven y toma mi mano.
Y cuando ya no necesites mirarte al espejo,
y las lágrimas no te sobren y las palabras tampoco,
cuando hallas recordado quien eres,
entonces recién ahi,
suéltate de mi mano.
Mariano Lanza
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