A morderse los puños
y aguantarse la rabia,
que el sol no sale,
y yo espero por el alba.
Por el alba yo espero
y que se vayan las nubes,
en esta noche estrellada,
esta noche de azules.
Noche de azules encantada
por un maleficio maligno,
hecho por una bruja,
una hechizera del camino.
Al camino mirando el cielo
y tropesando con alambrados,
corriendo por grandes praderas
que tienen holor a pasto quemado.
Quemado hoy mi razón,
quemado hoy mi alma,
quemado hoy me siento,
por este fuego del alma.
Del alma hoy me separe
y espero su regreso,
cuando una luz de un lucero
me encuentre y llegue hasta el hueso.
De hueso la estructura que mantiene
erguido este saco de sueños,
que hoy corta el aire
con un suspiro de mal empeño.
De mal empeño cansado estoy
de suspirar, y hoy realizo un reencuentro,
y lleno de aire mis pulmones
esperando escalar soles.
Escalar soles en la playa soñada
allí donde en la orilla
me encuentre con mi amada
tomados de la mano, esperando el alba.
Mariano Lanza
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