Es una sensación nueva
que no tiene igual,
despachando aburridos burros
y mirando gatas bailar,
sin un ritmo especial
más que el que siento al escuchar
una vieja armónica oxidada de ritmos
de tanto escupir sonoras melodías
armoniosas,
cuando sale el caballo
y hace sonar el saxofón
como un niño de cumpleaños con una corneta,
que facilidad parece el saxofón,
ese saxofón.
Uh pero la fiera no salió a la batalla,
aguarda al momento inoportuno
cuando la voz cantante deja un bache en el espacio
para que entre el león de la guitarra
mientras los otros monos miran
inspirados por esas cuerdas galácticas
y salvajes que causan escalofríos
a la piel.
Pero la voz cantante no calla
ese lidera la manada
de este zoo de blues,
donde las tigresas forman un coro especial
y los pajaritos acmopañan
con un simple ritomo de cornetas
y el hipopótamo
marca una base con su contrabajo
bajando sus lentes para saludar
a una gatita que pasaba por el bar,
y le dedica una pieza especial
mientras un perro viejo y experto
a fuego de pulmón
lo acompaña con su batería.
Y llegando al final, todos los músicos
dan lugar a esa voz bien grave y fuerte
pero rasgada a la vez,
dejan en un solo al cantor
al "dreamer"
y el pequeño ratón se luce,
y así acaba la función,
el casero del zoo
cierra el telón.
Mariano Lanza
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1 comentario:
jaja ya sos todo un artistaaaaa ;)
eso es matadorrrr
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