No sabemos
si es sudor
o muerte
la que recorre
lentamente
nuestra piel.
El sol quem las pupilas
y la sed
se vuelve más feroz,
no conozco bien su razón.
Cuando está en vísperas
lo aclamamos,
pero a veces es tan
fastidioso,
itermitente rayo
de furia
que llegaa nosotros.
Buscamos una salida,
algo frío
que contrarrestre
el mal pasar,
y ahi lo vemos
celebrado
y espectantes,
la sombra
de un árbol de verano.
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